El Fantasma de la Ópera.
He aprovechado los días de "descanso" del puente para hacer lo que más me gusta del mundo, ir a ver musicales.
Mi amor por el teatro empezó desde que tenía 6 años. Mi madre iba a ensayar con su grupo de arte dramático al auditorio y yo siempre me iba con ella a cotillear entre bambalinas. Desde pequeña me han alucinado los escenarios, las butacas, las cortinas, los focos... todo aquello que tiene que ver con los espectáculos.
Como decía, con 6 años me iba a escuchar los ensayos del grupo de mi madre y al cabo de varias semanas me acababa aprendiendo los diálogos y monólogos de cada uno de los personajes de la obra de teatro. El director del grupo, Javier Pérez, cuando vio la ilusión con la que iba a los ensayos y actuaciones, me propuso (casi cumplidos los 7 años) a entrar en el grupo de teatro juvenil.
Los primeros meses fueron raros, los recuerdo con mucha ilusión pero con cierto miedo también. Todos mis compañeros eran adolescentes, y lo que para ellos eran bromas y chistes, para los ojos de una niña eran burlas (me supuso algún llanto que otro en casa). Conforme pasaba el tiempo cada vez me gustaba más el teatro, además, justo también había empezado mis primeras clases de música y me gustaba ver cómo se relacionaban tanto estos dos ámbitos de mi vida, tanto, que en mi pueblo surgió la idea de hacer un musical.
La Escuela de Música y el grupo de teatro de Los Montesinos (pueblo de donde vengo) se pusieron de acuerdo para poner en escena el musical de "El Fantasma de la Ópera". Sin embargo, puesto que los musicales llevan mucho trabajo y sacrificio detrás, se le encargó la puesta en escena al grupo de los adultos, y yo me puse bastante triste porque no iba a participar. Pero al final con mucha insistencia a mi profesor, conseguí hacerme un hueco en el escenario ayudando con los preparativos del escenario y con la música en directo.
Anuncios, preparativos, días de ensayos hasta tarde etc. Mis amigos se enfadaban porque nunca iba a jugar con ellos al parque y cada vez que me preguntaban yo contestaba "tengo ensayo" con una sonrisa bien grande en la cara. A día de hoy muchos de ellos siguen preguntándose qué es lo que tienen los escenarios que tanto me atrapan y por qué prefiero sacrificar muchos de mis planes antes que perderme un ensayo. Es difícil dar una respuesta a lo que siento, pero desde pequeña me he criado rodeada de cortinas y luces, y no lo cambiaría por nada del mundo. Me siento como en casa cuando actúo.
Aquel musical entre otras muchas actuaciones despertó algo en mi niña interior. Cuando me enteré de que en Madrid tenía la oportunidad de volver a ver y revivir "El Fantasma de la Ópera", no dudé en comprarme una entrada en el Teatro Albéniz (aunque quedaban pocas y me tocó comprarlas en última fila).
Sinceramente me encantó, cada uno de los actores hizo su papel increíblemente bien, y lo que más me sorprendió fueron sus voces. Al ser un musical operístico, se requiere de voces muy especiales y trabajadas, pero se notó el trabajo y tiempo que habían dedicado exclusivamente a las canciones, puesto que junto con la orquesta iba todo muy bien cuadrado sin fallos de afinación y entradas a tiempo.
La orquesta en directo también me pareció alucinante. Más que un musical convencional de los que estamos acostumbrados a ver de Broadway, "El fantasma de la Ópera" es, como su nombre indica, una ÓPERA en todos los aspectos. (****Al entrar al baño escuché a una señora decir que no le estaba gustando porque ella había ido a ver un musical, no una "show de ópera clásica", cosa que me tocó bastante las narices y dio pie a un tema de conversación durante los 5 minutos del descanso****).
En resumidas cuentas, me pareció increíble y volvería a ir otra vez a verlo de más cerca, porque aunque no hacía falta megafonía porque proyectaban la voz muchísimo, considero que es una experiencia que se vive mejor desde las primeras butacas que desde el final.
La escenografía y vestuario me pareció otra cosa buena a destacar, ya que los actores parecían sacados de la novela de Gaston Leroux, y los cambios de escenario junto con los juegos de luces eran perfectos y daba la sensación de efectos especiales y se diferenciaban claramente los distintos actos y escenas.
Hice esta foto un poco a escondidas :)
Pondré una segunda parte de esta entrada para hablar un poco más en detalle de la obra y los actores, porque se merecen exclusivamente una entrada para ellos.
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